Los Robots se pasan a lo acústico
El grupo Depeche Mode presenta hoy en Madrid su "Devotional Tour"
Como premio a ser el país -junto a Alemania- que más discos compra del grupo y teniendo en cuenta que Madrid es una de sus ciudades favoritas, Depeche Mode inició el martes una gira por España que hoy les trae a Madrid y el sábado, a Barcelona.
SILVIA GRIJALBA
El nombre de esta gira, Devotional Tour no puede ser más indicado. Con la ironía que les ha acompañado a lo largo de toda su carrera, riéndose de casi todo el mundo, incluidas sus propias obsesiones, Depeche han decidido darle pompa a esta gira, con la que rompen muchas de las estructuras que tenían asumidas hasta ahora, y llenan sus “backstages” con gente que lleva marcada en la espalda de sus camisetas la palabra “devoted” (devoto).
«Todo el mundo -declara a EL MUNDO Martin Gore, compositor del grupo- piensa que nos tomamos muy en serio los temas de nuestras canciones, que nos creemos a pies juntillas la los asuntos tan trascendentales de los que hablamos, pero lo cierto es que una de las características de la banda es precisamente esa, que jamás nos creemos nada. Nos parecía divertido hacer esas camisetas ; como estamos durante un montón de meses juntos, como una especie de secta, tenía gracia estar rodeados de gente que llevara en la espalda la palabra “devoto”».
El sexo y la religión han sido desde su tercer disco los temas favoritos de esta banda que con el cambio de década ha transformado las pautas de su música. De ser el prototipo de grupo adicto a la electrónica, despectivo hasta la médula con las actitudes más rockeras -aunque Elvis sea uno de los artistas preferidos de Dave Gahan, el cantante, que en el escenario le rinde continuos homenajes con sus contoneos pélvicos-, Depeche Mode ha pasado a ser un grupo más tolerante que por primera vez en su historia se decide a permitir que una guitarra -con cuerdas auténticas- y una batería -no electrónica- les quite parte de su espacio escénico para interpretar algunos de los temas de su nuevo disco.
Ser padre
Y es que su nueva imagen, la perilla grunge de un Dave cada vez más duro, los conatos de desnudo frente a la cámara y la campaña de promoción de este nuevo disco, en la que las novedades familiares -divorcio de Dave, nacimiento de la hija de Martin, noviazgos tormentosos de Alan, etc- han marcado la pauta de todas las entrevistas que han presentado a unos Depeche Mode renovados, completamente entregados a su nueva postura frente a la vida.
«En este disco -comenta Martin- las letras son más profundas. Creo que se nota que he sido padre y que realmente me importan las cosas esenciales. Ha dado la casualidad de que a todos nosotros nos ha cambiado la vida radicalmente en los últimos años y en Songs of Faith and Devotion esto se nota a la legua. Yo no me siento con los miembros del grupo para ver de qué vamos a hablar, pero llevamos tanto tiempo juntos que hemos llegado a una especie de telepatía vital».
Pero ese amor fraternal, esa coincidencia en todos los aspectos de su vida no ha existido siempre. Durante una temporada, justo después de la gira de 101, que inmortalizarían con un disco y un vídeo contándolo casi todo, Depeche Mode pasaron la crisis más grave de su historia. «Llevábamos demasiado tiempo juntos -comentarían en aquella época- y ya no soportábamos estar el uno al lado del otro. Necesitábamos un respiro». Tomaron vacaciones, Dave se divorció, empezó a vivir con otra chica ; Alan se concentró en la producción del nuevo disco de Nitzer Ebb y en su proyecto en solitario : Recoil ; Martin preparó otro disco en solitario y Andy -la cabeza empresarial del grupo- abrió un restaurante en el Soho londinense que marcha magníficamente.
Después del éxito de Violator el disco con el que los autores de Just can't get enough o Master and Servant dieron un vuelco hacia las tendencias más “rockeras”, decidieron encerrarse en un chalet de La Moraleja para reconciliarse y construir un nuevo álbum con el que sorprender.
«Nos apetecía grabar en España -comentaba Martin Gore- porque es un país en el que puedes salir a cualquier hora y siempre hay algo abierto, además de tener un clima muy bueno, que te ayuda a trabajar más a gusto. Vivir todos juntos, en el mismo chalet durante casi un mes fue una experiencia que nos vino bien a todos. Volvimos a ser amigos, a gastarnos bromas y salir juntos. Fue muy positivo porque habíamos llegado a un punto en el que éramos más compañeros de trabajo que cómplices, como al principio de nuestra carrera, la grabación de este disco nos ha salvado como grupo».
Esa reconciliación y el hecho de incluir como otros miembros más de la banda a gente como Flood -su productor de siempre-, Anton Corbijn -encargado de imagen y vídeos- o Brian Eno, autor de unas magnificas remezclas de algunos temas del grupo han hecho de Depeche Mode un elemento extraño dentro del panorama pop internacional. Una especie de grupo de culto, construido para minorías selectas, que termina enloqueciendo a quinceañeras y vendiendo como los que más.
A la banda, aunque se rodee de los artistas más petardos de la cultura internacional, no parece importarle demasiado ; cuando ávido de cotilleos y de detalles sabrosos se les interroga sobre sus relaciones con Eno, Martin con sonrisa maliciosa responde : «¿Brian Eno? Mantener una relación con él es imposible».
LOS VILLAGE PEOPLE DE LA ELECTRONICA
En las actuaciones de esta nueva gira, “Devotional Tour”, Depeche Mode evidencian toda una renovación de planteamientos. En su concepto multimedia, con diapositivas -hechas por Corbijn- decorando el escenario, en su look (cada miembro disfrazado asumiendo una personalidad diferenciada)… Depeche se presenta como una especie de Village People electrónicos que poco a poco van fundiendo sus influencias de siempre.
El Mundo, 15 de Julio de 1993